No podemos definir PONGA sin referirnos a la montaña. El relieve abrupto y escarpado es el protagonista incuestionable de este concejo. No solamente por la belleza natural y paisajística evidente a los ojos de cualquier visitante, sino porque tal condición ha moldeado todos los aspectos de la vida de sus pobladores.
Generación tras generación, el hombre se ha ido adaptando armoniosamente a este entorno tan hermoso como hostil. Encontramos construcciones rurales adaptadas siempre a los factores climáticos y a las actividades económicas tradicionales por excelencia: ganadería y tierras de labor.
Observamos también viejas costumbres siempre relacionadas con el medio natural como el aprovechamiento de los pastos en las tierras altas, acondicionamiento de los caminos,...
Heredamos la cocina tradicional fuerte, nutritiva, apta para soportar las inclemencias del tiempo cambiante y las largas marchas por el monte.
El entorno natural marca la vida en este concejo y la favorece. Cientos de especies vegetales y animales pueblan los montes ponguetos desde los picos hasta los valles. Bosques frondosos, ricos y fértiles dan cobijo a la fauna salvaje autóctona.
La totalidad del concejo fue declarado Parque Natural en el año 2003 con el fin de preservar esta gran riqueza. Conocer PONGA, sus pueblos, sus bosques, sus ríos, sus montañas, sus gentes, nunca deja indiferente al visitante, siempre sorprende.